La caja de zapatos

Cosas que me flipan, gente que admiro y mierdas que escribo.

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Confúndelos

Vivimos en una sociedad sobresaturada de información, gente que se cree muy listilla y confusión.

Entre las 76365872977436 noticias que hemos podido escuchar hoy nos encontramos la decisión del Gobierno de reducir el límite de velocidad en autopistas y autovías a 110 kilómetros por hora con el objetivo de ahorrar gasolina. A los conductores que superen esta cifra (y les pillen, claro) se les podrá multar, pero no afectará al sistema de puntos.

“Pues ya ves tú, para éso que dejen elegir; los que quieran correr y dejarse sus duros en gasolina que lo hagan, y los que no que vayan a 110”. Ésa ha sido la primera impresión de mi madre al escuchar la noticia.

Pensamiento práctico. Pensamiento de antaño. Pensamiento útil.

No obstante, ha sido escuchar la noticia y una legión de conductores ya se preparan para la batalla. Movilizaciones, redes sociales, pancartas, tiempo, esfuerzo… ¡van a darlo todo!

Los medios de comunicación, por su parte, alimentan la bola de tensión dotando a la noticia de un espacio en sus programas y periódicos, que pronto darán paso a debates, encuestas de opinión y reportajes en profundidad (tiempo al tiempo).

Personalmente, me da igual que haya que ir en carretera a 120, 110 o 70 kilómetros por hora. No es que no me importe la cuestión (tengo vehículo y viajo), pero…no me parece prioritario.

Cada mes aparece una nueva controversia que hace olvidar a los ciudadanos los problemas perennes. ¿Por qué? Precisamente, porque son sinrazones que llevan tiempo establecidas en nuestra sociedad. ¡Como si ya nos hubiésemos hecho a ellos y no nos quedase otra que aceptarlos!

Por estos motivos, insto a todo el mundo a revisar sus prioridades y a gastar energía primero en arreglar las que están en el top 5 para luego ir a por el resto.

Para servidora, el podio lo conforma el obsoleto sistema educativo (tanto nacional como provincial; no se salva nadie), el deficiente sistema sanitario y el innacesible precio de la vivienda.

La cuestión de la libertad de conducción de vehículo privado… creo que no entra ni en mi top 50.

Pero bueno, como también dice la mujer de mi vida, “cada uno es de su padre y de su madre”, y las prioridades varían en función de cada persona. La verdad es que me vale con que la gente las repase de vez en cuando.

Hoy puede ser el día.