La caja de zapatos

Cosas que me flipan, gente que admiro y mierdas que escribo.

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consejos para ciclistas (donostiarras)

El miércoles @Kallerwriter me recomendó “La historia de cómo recuperé mi bici“, un relato en el que Leo Voland (nombre ficticio pero molón) describe los pasos que dio para volver a montar en la bici que le acaban de robar. “Tú que andas en bici… tienes que leerlo” me animaba.

La cosa es que, ayudado por las nuevas tecnologías, su actitud detectivesca y un grupo de amigos, Leo Voland se curra toda una estrategia al margen de la ley para localizar su bici, contactar con el ladrón y recuperar el vehículo.

Nada más terminar de leer la historia me vi obligada a compartirla en Twitter. El mensaje, la actitud del protagonista, su cabezonería, los toques de humor, el halo peliculero… me enamoró. Me recordó tanto a las historias de Flanagan… ¡pero esta era real!

La releí y, no contenta con haberla compartido una vez, envié un mail a las personas que creía iban a disfrutar de la lectura tanto como yo. Entre ellos se encontraba un amigo que trabaja como policía municipal y que resumió el relato con un simple “¡Muy grande!”.

Debido a su cercanía con la problemática, me regaló unos consejos para “evitar” que me roben la bici (otra vez) y, si tal desgracia pasa, saber qué trámites llevar a cabo. Le pedí permiso para poder compartilo aquí y me dio el OK, así que copiopego tal cual.

(NOTA: ¡No seáis vagos y leed la “La historia de cómo recuperé mi bici” antes!)

1. ACLARACIÓN: Sí hay un registro de las bicicletas robadas/denunciadas. Pero si no hay denuncia no hay registro. El problema: la mayoría de las bicis denunciadas están sin datos suficientes, ¿qué datos? Nº bastidor (muchas los tienen y no se sabe o no se mira, bajo el eje de los pedales), descripciones aportadas muy pobres en las denuncia, no se usa el registro del Ayuntamiento.

2. CONSEJO. El tío se la juega (mucho) enfrentándose al ladrón. No lo hagas.

3. ACLARACIÓN. La bicicleta no quedaría confiscada, tal y como entiende la gente, si no que puesta a disposición judicial o a la espera de ser entregada a su legítimo propietario, siempre que éste pueda demostrarlo. Si no lo hace se pasa a disposición del juzgado, que normalmente ordena devolver la bici al que la reclama, es decir, el denunciante/el legítimo propietario.

4. CONSEJO. Cuando te compres una bici da por hecho que te la van a robar. Es triste, pero es lo que hay. Así que invierte un poco en el candado (20-30 €). No te asegura no ser robada, pero al menos hace un efecto disuasorio: cuando el ladrón quiera robar una bici en la zona en la que está la tuya, optará en principio por la que tenga un candado más endeble (teoría policial).

5. CONSEJO. Registrar la bicicleta. Que si “no sirve para nada”… puede ser. Pero puede que haga ese efecto disuasorio y, si te la roban y se recupera (posibilidad menor), los trámites para serte devuelta serán mucho más ágiles.

6. COSA. En Donosti se roban cantidad de bicis. Se debe denunciar. La policía debe estar al tanto, y por tanto el Ayuntamiento. Con ello se deberían tomar medidas con mayor antelación o facilidad. Suponemos.

7. CONSEJO: Hacer marcas a la bici, ponerle pegatinas, percatarse de todos los detalles y FOTOGRAFIARLO todo. Muy recomendable sacar fotos desde la bici en general desde distintos puntos de vista hasta el más mínimo detalle. Si hay que sacar el pelillo del cable roñoso del freno, se saca.

Me suele tocar el entregar bicis recuperadas y es un gustazo ver cómo la gente lo agradece.

Algunos consejos son obvios, pero no por ello siempre los llevamos a cabo. ¿Conocéis de alguna técnica casera “antirrobo” más? ¡Soy todo oídos! :)