—Te tengo que pasar el libro cuando me lo terminé. Te va a gustar.

—¡Guay!— dice entusiasmado. Aprovecha para tomar el ejemplar y ojear la sinopsis de la trasera. De repente frunce el ceño —. ¿Y todas estas esquinas dobladas?.

Se refiere a las esquinas inferiores del libro. Tengo la costumbre, desde hace varios años, de marcar de esa manera los párrafos, frases o apartados de los libros que me gustan. He comprobado que hay gente que, incluso, marca dichos fragmentos con lápiz o boli, pero, para qué mentir, no suelo disponer de ningún marcador del estilo cuando leo, simplemente estamos el libro y yo, y el hecho de escribir sobre las hojas de una novela me recuerda demasiado a la época estudiantil.

—Cosas mías.— Le resumo. Conociéndolo, lo descubrirá por sí mismo en cuanto llegue a la primera esquina doblada—. Cuando lo leas no las desmarques, por favor.

—Guay.