La caja de zapatos

Cosas que me flipan, gente que admiro y mierdas que escribo.

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La ciudad es para mí

Qué de pueblo soy, madredelamorhermoso.

Hacía tiempo que no visitaba ciudades con más de 1 millón de habitantes. Y hay que hacerlo: al menos dos veces al año hay que perderse en el bullicio de una jungla de asfalto, en la que cientos de personas caminan hacia la misma dirección, los taxis aparecen al primer amago de mano alzada, las ropas, los pelos y la actitud no importa… en lugares donde sientes pequeños soplos de libertad entre bocanada y bocanada de polución.

No aburriré: sólo comentaros que tenéis que conocer un bar ubicado en un piso de cierta plaza catalana. No preguntéis nombre, ubicación o dato específico: no lo sé. Creo que la mayoría de personas que allí se congregaron el domingo asistieron porque tenían un conocido al que, a su vez, alguien llevó al lugar tiempo atrás.

Música en directo en un bar al que entras después de haber llamado al timbre y haber ascendido un par de pisos. Hogar de altura suficiente para reconocer que la construcción tiene más de un siglo de vida. Escasamente amueblado, pero con acierto, predominaba la oscuridad con una áurea rojiza. Me sorprendió que no oliese a humedad. Y el casi absoluto silencio que reinaba en el sitio, sólo roto de vez en cuando por unos cuanto aplausos.

Mágico, benetan.

Ya os llevaré si algún día pasamos por allí.

Cuestionarios Proust

Hace poco me regalaron el libro Cuestionarios Proust de Vanity Fair, una compilación de interrogatorios a 101 personalidades de la cultura que reflexionan “sobre el amor, la muerte, la felicidad y el significado de la vida”.

Más allá del libro de autoayuda que puede parecer ser, el ejemplar muestra la faceta más divertida, extravagante y curiosa de personajes como Arthur Miller, Martin Scorsese, Ray Charles o Giorgio Armani, entre otros.

Y es que a través de esta serie de preguntas, que nació como parte de un juego de salón parisino y servía como divertimento al círculo burgués novelista en el siglo XIX, te haces a la idea de cuáles son las prioridades de personas que han triunfado en la vida: familia, trabajo, amor o amistad. Cito estas cuatro porque, casi en el 100% de los casos, se centran en una de estas materias.

Después del último entrevistado, el músico y compositor Brian Wilson, se encuentran unas páginas en las que animan al lector a rellenar su propio cuestionario Proust “preferiblemente haciendo uso de una pluma de cálamo”.

Comparto las preguntas con vosotros para que podáis realizar vuestro propio cuestionario (en formato .doc, que es mucho menos glamuroso, pero igual de efectivo a la hora de establecer y detectar prioridades).

¿Cuál considera que es la virtud más sobrevalorada?

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Algo falla

Lo prometido es deuda. Ayer, tras el concierto de Neuman, tuiteé lo siguiente entre indignada y decepcionada

Reacciones:

Os cuento porque la cosa viene de algo antes, y cuando puse “la que peor se publicita” me refería a la propia sala, no a su presencia en agendas o medios de comunicación.

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éramos pocos y parió la abuela

Un churumbel la mar de majetón, sanote y guapo, que conste.

Ayer Neuman visitó la capital guipuzcoana para poner fin a una serie de conciertos por la zona norte que los han llevado a tocar, en algo más de una semana, a salas de Madrid, Segovia, León, Pontevedra, Vigo, Oviedo y Santander presentando su segundo trabajo, The Family Plot (sí, como la peli de Hitchcock).

Llegamos tarde a la cita (un clásico en la cuadrilla siempre que los conciertos empiezan a las 20.30, comprobado) y nos perdimos a Andrakan, que abrió la noche de manera más que satisfactoria según nos comentó una de las asistentes al bolo.

Al entrar, nos sorprendió que no hubiese más de una veintena de personas en el lugar. “A la gente se le habrá ido la hora, como a nosotros”, comentamos. Nos acercamos al escenario, frente al cual habían colocado tres sofás y varios taburetes para que los pocos afortunados que tuvimos el honor de disfrutar de su actuación estuviésemos como en el salón de nuestra casa.

Y vaya si lo estuvimos.

Arrancaron con Lovers, que abre su último disco, de manera tranquila, relajada e íntima. En esa línea, gozamos de I have the will y Friends, pero no creáis que no se movieron cabezas y pies a ritmo de la batería: con el sonido de Jane, Ben Gun, The Family Plot o La Yo, que van incrementando el ritmo de manera natural,  hicieron ver que no son carne de baladas y cds recopilatorios dignos del 14F: y que lo saben hacer sonando de puta madre.

Poco a poco, el vínculo entre el público y escenario se fue estrechando. Comenzó a sonar el piano y Paco se arrancó con un discurso de agradecimiento al grupo y a todos los que han participado en la gira. “Es una pena que no haya podido venir más gente, pero estamos muy a gusto”, confesó.

Pues sí, para qué nos vamos a engañar. Una pena que no asistiera más gente, sobre todo cuando ha sido un concierto que ha gustado (engañé a tres colegas para asistir y todos salieron satisfechos) y de calidad sonora.

Pero que nos quiten lo bailao. Ya comenté a mis acompañantes que creo que Neuman lo van a petar: si no es este año, el que viene. O con el próximo disco que saquen. Que será cuestión de tiempo, vaya.

¡Ojalá!
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29

Nunca dejéis que vuestra edad real supere en más/menos 5 años vuestra edad documental.

De nada.

Ya, ya…

No hay excusa que valga.

Hola otra vez. Se ha quedado buena noche, ¿eh?

Simplemente, no puedo

Durante nueve meses todo me supo a despedida. El último verano, mi último cumpleaños, las últimas navidades, tu último cumpleaños, nuestras últimas horas.

Estaba en lo cierto: fue el último verano, mi último cumpleaños, las últimas navidades, tu último cumpleaños, nuestras últimas horas.

Esa temporada todo lo demás se volvió secundario. Insignificante. Mi vida se llenaba de nimiedades a las que no merecía la pena prestar atención y con las que me entretenía cuando necesitaba huir, pero que no escondían ni calmaban el huracán de ideas, tormentos y tristeza que sufría en mi interior.

Ahora que ya no estás, que la despedida ha tenido lugar, todo se mantiene igual: las buenas vivencias y momentos me alegran pero no del todo. Los malos tragos duelen pero no me afectan.

Dicen que se pasa. Que es cosa del caprichoso “tiempo, que todo lo cura”.

Yo sólo sé que quiero contarte cosas y no puedo.

Kung fu Panda

El pasado ya es historia…el futuro es un misterio…lo que importa es el hoy…y es un obsequio. Por eso…se llama presente

jo

Una canción entera y 2 minutos 25 segundos de otra.

Todavía me recuerda demasiado a ti para escuchar dos temas completos y no ahogarme en llantos.

Salvalibros

Ni siquiera recuerdo cuándo desapareció de casa.

El primer libro que leí y, sobre todo, releí a conciencia durante mi infancia pareció indignarse cuando lo dejé a un lado para abrir mi mente a más letras, historias y autores. Quizá resentido, quizá indignado, quizá triste, se fue de mis estanterías. Huyó.

No las tengo todas conmigo, pero creo que gracias a salvalibros.es lo podré recuperar. No será el mío: el que tanto sobé, con las hojas amarillentas y las uniones destrozadas. Pero volver a leer esa historia… será, simplemente, mágico.

Sinsentidos

Adelgazas y la zona del cuerpo en la que más se nota son las tetas. Engordas y la zona del cuerpo en la que más se nota es el culo.

Es un sinsentido.

the carpenter

#agurETA

Sonrío pensando lo que te gustaría haber oído esta noticia. Haberla vivido, con la poca gracia que te hacían esos “desalmados”.

Ya te contaré cómo lo he vivido.

Luego, dentro de un rato.

Jurassic Park

Yo no culpo a las personas de sus errores, pero sí pido que paguen por ellos.

Jurassic Park.

Loves of a blonde (1965)

Brindemos

Borrador – 4 de abril

Este sábado discutía con unos amigos sobre la controversia del pagar por los contenidos en Internet. Les hablé de Filmin como ejemplo de que otro tipo de industria cinematográfica y consumo audiovisual era posible. “Pero si puedo verlas gratis, ¿por qué voy a pagar 1, 95 euros?”. Buena pregunta.

Creo recordar que mi primera respuesta (toda la conversación fue acompada de cerveza, para qué os voy a engañar) fue “¿No pagas dos euros por ver una peli en HD, versión original o doblada al español, en tu casa (se pueden visionar en pc o tele si dispones del cable reglamentario, evidentemente)? Entonces no te gusta tanto el cine…”.

Hubo varios ganchos. Entre ellos, que los ciudadanos ya pagamos por la conexión a Internet, que el cine es un timo y que en la industria hay mucha gente que se lucra de mala manera mientras que la mayoría de currelas malviven siendo mileuristas en un pisucho de 60 metros cuadrados. Que cómo vas a pagar por ver una peli que luego, quizá, es una mierda. Que en páginas como la citada, sólo se puede ver el filme una vez.

Juro que les rebatí como pude. Pero, parece ser que en esta cuestión, como ocurre con política, religión y todo aquello que requiera tocar la cartera, la gente no se apea del burro que cree más castizo.

He dejado que pasen las horas porque en el momento sentí que, tal vez, me estaba estancando en mi postura y no atendía a razones.

14 de abril
Spotify ha anunciado hoy que, a partir de ahora, las cuentas gratuitas tendrán más restricciones con el fin de conseguir más beneficios para la empresa.

La verdad es que la cuestión no me afecta: pertenezco al crupúsculo de personas que pagan 4,99 míseros euros mensuales por no soportar interrupciones en momento de clímax musical. ¡Y las hay que abonan hasta 9,99 y se llevan la música en el móvil! ¡derrochadores! ;D

A lo que voy, que a dos semanas de la discusión mantengo mi postura. No hay que llorar porque una empresa que te ofrece un servicio quiera cobrártelo, u ofrecértelo de manera limitada. ¿Quién regala algo hoy en día, máxime si es una empresa?

La cuestión es la misma de siempre; cada persona gasta el dinero en lo que le place. Si no destinas 1,95 euros a ver una película… creo que lo dices todo.

P.D: Para el personal enojado por la decisión de Spotify, ¡tranquilidad! existen más portales como Grooveshark para seguir escuchando música gratis y sin publicidad.

P.D.2: la cantidad de borradores que tengo…madredelamorhermoso…no es normal.

The ocassional Tuesdays

Hoy he asistido a la primera jornada del ciclo Talking Books de este año, con David Bumstead al frente hablando sobre About face, uno de los libros que componen la saga Brunetti (¡con una veintena de volúmenes!) escrita por Donna Leon.

La verdad es que, pese a no haber leído el ejemplar, nos lo hemos pasado bien desengrasando el oído y conociendo su estilo literario, la evolución de las novelas negras y las características de varios autores europeos.

Asimismo, Bumstead ha aprovechado la ocasión para hacernos saber que mañana arranca una nueva iniciativa en la ciudad: The occasional Tuesdays.  Así, un martes de cada mes, organizarán un encuentro en el que poder charlar en inglés sobre un tema y, después, cerrar la velada al basque style: con una buena cena.

Con todo, mañana a las 20.00 se reunirán en el Via Fora para tratar la evolución del rock acompañados de una guitarra, así que supongo que, además de charlar, habrá más de un cántico a varias voces. Los más animados podrán unirse a la cita gastronómica si lo desean.

P.D: no recuerdo el nombre del ponente que se encargará de llevar los conocimientos teóricos y los acordes a la velada de mañana, pero en cuanto tenga más datos los aportaré. Si sabéis algo al respecto, se agradecerá la info en los comentarios :D

Actualización: nivelazo de inglés que manejo, ¿ein? ¡gracias por la corrección!

Actualización 2: acabo de recibir el mail informativo, así que hago un socorrido Copy+Paste (no tengo tiempo de más, perdón)

Occasional Tuesdays’ launches its inaugural evening, recapturing the art of fine conversation, dining and erudition at Via Fora, Frederico Garcia Lorca, 10, 20014 Donosti.

“Like a Hurricane-how music has changed us over the last 60 years”, by Stuart Kelling.

The evening begins at 8pm with Stuart Kelling’s presentation and will be followed by lively conversation and debate in English.

Carpetas vacías

– ¡Tati! ¿Ya has visto este vídeo?

Voy a la habitación y me encuentro a mi padre viendo un fragmento de ‘Charlot boxeador’ en Youtube.

Hace unos meses describí el primer contacto de mis padres con un ordenador. Pues bien, he acertado un 50% mis predicciones; ella le está poniendo más empeño que el esperado y él… también, aunque su experiencia de usuario dista un poco de lo que imaginaba.

Se supone que hicieron el curso para aprender a manejar el ordenador, pero una fuerza suprema los ha alejado de ese propósito: Internet. Y es que han descubierto que las carpetas, los textos y diferentes funcionalidades del pc offline no son tan divertidas como Youtube o jugar al Puzzle Bobble.

Cabe decir que mi padre maneja a la perfección el concepto Google, que pasa horas y horas viendo documentales en Youtube, que se ahorra el euro y pico diario del periódico y que cae en la trampa de los banners. Pero se ha estancado.

Por otra parte, mi madre ha preferido centrar todo su empeño en una cosa: el correo electrónico. Poco a poco, y con una chuleta bien a mano del tipo Mozilla-clic-poner Google en la barra de arriba-enter-clic en primer resultado-etc. va dando sus primeros pasos respondiendo a mails, reenviando powerpoints y mandando a la papelera todo lo que lee.

-Ama, que la bandeja de entrada es como un buzón gigante, no hace falta que borres todo lo que lees. Si te gusta algún correo o lo quieres conservar por lo que sea, porque te mandan fotos bonitas o cualquier cosa, lo puedes dejar ahí, que no vas a llenar el buzón. Es como un cajón igual de grande que esta casa para guardar cartas.

-Ah, de acuerdo. Pensé que había que hacerlo así.

E, inevitablemente, me sale una sonrisa.

Parece una tontería, pero estoy sintiendo en mis propias carnes la sensación de libertad de movimiento en la red que están viviendo mis padres en estos momentos.

Hace escasos minutos, sin venir a cuento, me han preguntado por la música que sonaba en mi cuarto a la tarde.

Les he contado qué es Spotify.

-Bueno…- ha dicho mi madre algo agobiada por la novedad- tú mañana me lo explicas delante del ordenador con las hojas para poder apuntar y a ver qué tal.

Y ahí estaba, de nuevo, la sonrisa.

Confúndelos

Vivimos en una sociedad sobresaturada de información, gente que se cree muy listilla y confusión.

Entre las 76365872977436 noticias que hemos podido escuchar hoy nos encontramos la decisión del Gobierno de reducir el límite de velocidad en autopistas y autovías a 110 kilómetros por hora con el objetivo de ahorrar gasolina. A los conductores que superen esta cifra (y les pillen, claro) se les podrá multar, pero no afectará al sistema de puntos.

“Pues ya ves tú, para éso que dejen elegir; los que quieran correr y dejarse sus duros en gasolina que lo hagan, y los que no que vayan a 110”. Ésa ha sido la primera impresión de mi madre al escuchar la noticia.

Pensamiento práctico. Pensamiento de antaño. Pensamiento útil.

No obstante, ha sido escuchar la noticia y una legión de conductores ya se preparan para la batalla. Movilizaciones, redes sociales, pancartas, tiempo, esfuerzo… ¡van a darlo todo!

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Carácter

Ayer fuimos a la churrería Santa Lucía. Este emblemático comercio hostelero de la Parte Vieja donostiarra tiene un target bastante definido; cuadrillas de la tercera edad, abuelos con nietos, padres con hijos y algún que otro grupo de preadolescentes.

A primera vista el local puede no parecer atractivo. No obstante, más allá de la decoración (que mezcla fotos en b/n del Donostia de antaño, estampas de santos, imágenes descoloridas de los platos y anuncios de Pepsi-Cola de los 60), las raciones de comida son generosas, los precios competitivos y el ambiente… especial. Es de esos lugares en los que, pese a estar sentada a menos de medio metro del resto de clientes, la atmósfera se reduce a los dos bancos que ocupas y la mesa que los une.

Varios de los comensales coincidimos en que, si un comercio de estas características estuviese ubicado en la capital del reino, cientos de modernos venidos de acá y allá harían cola para conseguir una mesa en el lugar.

Porque este establecimiento tiene solera. Esa solera que -parece- sólo valoramos si se encuentra fuera de nuestra ciudad natal.

Continuará… o no.

Si hay algo que me ha cautivado estos últimos meses de estudio ha sido la cantidad de campañas publicitarias y de marketing bien hechas, bonitas y originales que he descubierto gracias a mis compañeros de posgrado.

Llevamos varias semanas a vueltas con el trabajo final. Charlas por Skype, delirios, mucha tecla, mucho PowerPoint y mucho pensar. Ahora mismo acabo de salir de la última conversación académica con mi grupo de trabajo y me acostaré conociendo una campaña de comunicación más que, en su universo 2.0,  busca hacer pasar un buen rato al usuario -además de presencia, viralidad y algunas ventas, que no somos tontos-.

Bastante ñoña pero muy acertada: Cash Converters ofrece la posibilidad de contactar con tu ex para daros una segunda oportunidad.

Así, el usuario sólo debe registrarse e indicar sus datos personales básicos y los de la persona a buscar. Pero ¡no temas! Cash Converters no hará la de Isabel Gemio o Jesús Puente: simplemente, guardarán tus datos para que, si tu ex pareja también te anda buscando, os deis una segunda oportunidad. Y si tu ex amor no llama a la puerta dará lo mismo porque no se enterará.

¿Que no es la mejor manera de que surja un reencuentro? Ya. Pero, oye, en este momento hay 5.879 personas que buscan una segunda oportunidad y 61 parejas ya la han conseguido. Ahí es nada.

Lo más importante es que, además de mejorar su imagen de marca, la empresa ha conseguido crear una campaña que transmite su filosofía: la reutilización.